Hombre de VitrubioLos recientes éxitos editoriales que han obtenido en todo el mundo varios relatos novelados sobre conspiraciones y códigos secretos han despertado no pocos debates y opiniones encontradas. Desde los que, tomando la ficción por realidad, se declaran partidarios entusiastas de los argumentos novelados como si de hipótesis históricas se tratasen, hasta los que denuncian intenciones aviesas y conspiraciones, a su vez, por parte de los que diseñaron los argumentos y las tramas.

Entre tales extremos, descubrimos entre los lectores un interés por lo que podemos considerar las zonas en penumbra de la historia, nuevas preguntas acerca de aspectos que admiten interpretaciones y explicaciones diferentes a las que se nos han ido ofreciendo.

Esta búsqueda de la verdad, más allá de las apariencias superficiales, tiene el atractivo de las aventuras y los desafíos y las características del quehacer filosófico, tan saludable. Cuanta más información tenemos a nuestro alcance, tanto más difícil resulta abrirse paso en medio de la confusión que producen tantas versiones, todas tratando de seducirnos para servir a intereses no siempre explícitos, a veces deliberadamente ocultados.

La cautela y la prudencia son siempre recomendables en estos casos, junto con el sosiego de la investigación y la búsqueda de fuentes fiables y contrastadas, a la hora de emprender el viaje hacia el lado más opaco de la realidad que se nos ofrece mediante indicios para nuestra intuición. El esfuerzo merece la pena, pues seguramente nos esperan hallazgos interesantes, que nos harán más libres y quizá algo más sabios. Tales son las recompensas para quienes se atreven a descorrer, siquiera un poco, el velo que cubre la verdad y encontrar nuevas claves de interpretación para los enigmas que nos plantea.